Las tarjetas QSL son postales enviadas entre operadores de radioaficionados, que escanean las ondas de radio para conectarse con operadores de radio de otros países, quienes intercambian datos personales y luego se envían una postal entre sí (una 'tarjeta QSL'). Como nuestros hábitos de comunicación han cambiado tanto, especialmente con el crecimiento de Internet, hemos olvidado lo importante que era la radioafición para que los operadores de radio individuales se mantuvieran en contacto con sus amigos internacionales. 

Las tarjetas QSL son un extraño híbrido entre la nueva tecnología de la radio, que se volvió más asequible en la segunda mitad del siglo XX, y el sistema postal, que creció en toda Europa en la segunda mitad del siglo XIX. En esencia todos dicen “te escuché en la radio, aquí tienes una postal”.

Las postales QSL físicas fueron recopiladas en grandes cantidades por operadores de radio, que a menudo querían conectarse con otros en el otro lado del planeta y/o en lugares pequeños y lejanos con pocos operadores en las ondas. Debido a su naturaleza física, cada operador podría acumular potencialmente una vasta colección de tarjetas QSL durante décadas y décadas. 

Cada tarjeta QSL tiene el distintivo de llamada de un operador de radio, su identificador único y, a menudo, detalles sobre su país y el equipo que utilizaron para transmitir. 

La radio, antes de Internet, fue la primera forma en que las personas podían conectarse aleatoriamente con otras personas en todo el mundo, en tiempo real. Debido a que los operadores de radio buscaban conectarse con personas de ideas afines (otros operadores), la cultura se desarrolló en torno a los operadores de radio en consecuencia: las tarjetas tienden a reflejar mensajes de paz y unidad internacional. Después de todo, cada operador de radio era parte de la misma comunidad global, con la misma pasión por conectarse con otros operadores de radio.

Las tarjetas QSL han quedado en gran medida relegadas al pasado, ya que operar una radio en el sótano, la sala de estar, la escuela o la universidad ya no es un pasatiempo tan popular. Internet lo mató. Y con eso, las antiguas colecciones de tarjetas, acumuladas por los operadores a lo largo de años, tienden a salir al mercado, a veces en grandes cantidades y otras por poco dinero. Después de todo, ¿por qué querrías recordar un pasatiempo que ya pasó su apogeo, donde el romance se pierde y, lamentablemente, incluso si estuvieras interesado, habría muchos menos operadores en todo el mundo con quienes conectarte hoy?

Para nosotros, además de su belleza estética, las tarjetas QSL representan una esperanza y optimismo para un mundo más conectado globalmente. Para cualquiera que anhele un mundo que, mirando hacia atrás, pueda parecer un poco más simple, las cartas tienen su encanto. Debido a que cada tarjeta y cada distintivo de llamada representa esencialmente a una persona, el operador de radio individual con su propio distintivo de llamada, guardar estas tarjetas ayuda a preservar la memoria de la cultura y sus operadores.